Estábamos sentadas arriba de todo del castillo, como siempre mirando al horizonte. Ese día no habíamos hecho el amor, habíamos tenido sexo. Fue bonito, diferente, en un lugar nunca visto. Llegamos a las estrellas, sobrevolamos todos los planetas por encima de lo posible. Uno, dos hasta tres orgasmos.
Hablaba el silencio, nos pedía que le dejáramos en paz, que volviéramos a empezar. Posó su mano entre mis muslos, iba subiendo, aún en silencio, hasta que le hicimos caso, el cuarto orgasmo. Sus pechos eran adorables, solo con rozarlos se me ponía la piel de gallina. Mi mano, desde sus preciosos labios hasta... poco a poco iba bajando, como siempre, sin prisa pero sin pausa. Mis labios acompañaban a mi mano, haciendo el mismo recorrido. El quinto orgasmo, me miró con la mirada mas penetrante que jamás havia visto, fueron unos segundos, los mejores de mi vida. - Lo había dicho? Ahora estábamos en una iglesia - El sexto resonó por toda la cúpula, sólo había dos monjas, si, nos oyeron pero.. nunca lo habrías dicho, luego las oímos nosotras.
Seis, siete, ocho.. hasta diez.
SIR (She is rare)
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