Aveces pienso que no tengo remedio. Me atraen esas personas que más "daño" me pueden hacer.
Esas caras bonitas, perdón, esa cara bonita. Esa sonrisa perfecta.
- Estábamos sentadas en su desván, hablamos como dos amigas cualquieras. Se acercó y se sentó en esa pequeña mesa. Puso mis piernas encima de las suyas, dejándome mas cerca que nunca. Aún no me había besado, ese día claro. Hacíamos bromas y nos reíamos, me hacía enfadar, y nos volvíamos a reír. Mis labios le parecían raros, pequeños, diferentes. Entre risas nos besamos. Tenía un tipo de caparazón el cual me hubiera gustado quitar. Ver como era en el fondo, poder observar esa chiquilla enamorada, o al menos encaprichada. Estaba bien para mí, muy bien. Era bastante normal, no como las otras, era sencilla aunque se definiera como difícil. Era el tipo de mujer que yo quería en mi vida aunque demasiado independiente para mi gusto -
A lo que iba, todo era demasiado perfecto, no podía ser que me besara sin "joderme" después. Tranquilos soy fuerte, alguien me hizo de piedra (gracias princesa).
Entonces aquí aparece la otra, siempre con terceros. Así es la vida, donde caben dos, caben tres!
La otra.. bueno realmente si, la conocía pero como quien ve las piedras pero no las mira. Y claro.. luego tropieza.
Y al final... al final resulta que me lié con una, y me tiré a la otra.
¿Qué ironía no?
(El diario de ella)
SIR (She is rare)
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