Empezó con una cerveza, siguió con un juego picante de cartas, luego vino la botella de whiskey barato y...
Parecía una noche aburrida, como cualquier otra. Estábamos los tres sentados en el sofá y sonó. Ella había llegado. Se sentó sin mucho interés mirando en ningún sitio en particular. Nunca me había imaginado tenerla allí. Era alguien prohibido para mi. Era una situación fría, distante. No entendía muy bien que hacia allí después de lo ocurrido. ¡Juguemos! Típicos juegos para calentar el ambiente, para deshacernos de esa tensión que podía ser perfectamente cortada con cuchillo. Tan solo nosotras tres sabíamos el porqué de aquél ambiente. No parecía importar el paso de los segundos. Empezamos con algo " light ", pequeños secretillos destapados por el ‘jo mai mai’, como polvo en un soplo de aire, la tensión había desaparecido- “La clave? Las cartas”. Yo era el uno, Bet era el dos, África era el 3 y el cuatro era para Ian. Pretendíamos pasar el rato de la forma más inocente posible (aunque he aprendido que la palabra “inocente” es muy relativa). Hasta el diez en las cartas, diez retos para cumplir. Uno…; Dos…; Tres…; Cuatro…; Cinco…; Seis…; Siete…; Ocho…; Nueve…; y Diez…
Ya habíamos sacado el whiskey del armario y desempolvado los cuatro vasos de chupito. El azar empezó suave, calentándonos, pero sin llegar a quemar.
Me miró extrañada, se sentía rara al tener que besarme aunque tan solo fuera un juego. Puso su mano derecha en mi mejilla, se acercó y me besó. Seguimos, Bet y África se besaron, no era nuevo para ellas. Ex parejas, un año y medio juntas. Yo era su juguete, de esas muñecas pequeñas que te sirven para jugar cuando te aburres. 40º en un trago, otros cuarenta en otro trago. África ya llevaba tres, y me tocó beber otro. Dos, un beso cariñoso en la mejilla de Ían. Aunque fuera el único, se sentía uno más. A lo mejor era por su condición sexual, también como muchos dirían " enfermiza ". África, te toca darle un beso ( con lengua ) a Ían. ¡ Qué raro se me hacia ! Él.. ella. No me gustaba verlos besarse. A lo mejor mi obsesión empezaba aquí. 9... Estube dos minutos besándola. Pensaba que sería frío, distante, hasta que su mano empezó a rozar mi cuerpo. Empezó con mis mejillas, luego el cuello.. mis senos, su índice bajando por mi ombligo hasta rozar mis muslos. 50 segundos.. pegamos nuestros cuerpos aún más; 120 segundos... no podíamos parar.
Ían, otro trago. Un tercio de botella. Las cartas nunca acababan, los besos cada vez eran menos incómodos, más naturales. Hacía calor, teníamos las ventanas abiertas pero costaba pensar con claridad. Sobrios reíamos y reíamos. Nunca había visto así a África, nunca había sentido sus manos tan cerca de mi. Me asombraba ver como Bet disfrutaba besando a África, a Ían, luego a mí. Nos divertíamos jugando a ese juego tan... obsceno.
Dos tercios de botella. Veíamos perfectamente. Otra vez contigo, deseaba que le tocara mi nombre. Esta noche el nueve era nuestro numero de la suerte, lo deseábamos más que a ningún otro. Dos minutos con Bet, era diferente, extraño, eramos amigas, no entendía nada.
África... no podía parar de mirarla aunque no sabía por que. Me tocó besarla otra vez. Ían no podía creer lo que estaba viendo. Nos gusta jugar; podía notar como Bet me cogía por detrás mientras besaba a África, como su boca bajaba por mi cuello poniéndome la piel de gallina. Ían decidió irse con los dos dedos de whiskey a otra parte, nos dejó a las tres asolas. Dos tipos de pasión, tres personas distintas. Follamos, tríos y cosas varias.
SIR ( she is rare )
Eso m paso a mi tb hace poco..jajjajajaa
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